(Foto: Cambridge Network)
IÑAKI DÍEZ (Corresponsal de RNE en Roma) 04.10.2010
El premio a Robert Edwards "está completamente fuera de lugar". Así de categórica ha sido la exclamación del presidente de la Pontificia Academia de la vida, Ignacio Carrasco, tras saber que el descubridor de la fecundación 'in vitro' ha obtenido el Nobel de Medicina.
En declaraciones a la agencia ANSA, monseñor Carrasco expresa su perplejidad por el galardón y dice que sin Edwards no hubiera existido el mercado millones de ovocitos, ni existirían los congeladores de embriones, muchos de los cuales terminarán abandonados.
Este alto representante Vaticano asegura que Edwards no ha resuelto el problema de fondo de la infertilidad, que es un problema serio, desde el punto de vista patológico y epidemiológico, sino que ha encontrado una solución saltándose el problema. A su juicio, habrá que esperar a encontrar otra solución que sea también más económica.
Otro miembro de la Pontificia Academia de la vida, el padre Colombo apunta a que la fecundación 'in vitro' suscita graves interrogantes morales en lo que respecta a la vida humana del que nace y, también, a la dignidad de la procreación humana.
Este religioso, uno de los máximos expertos italianos en bioética, considera que no todo lo que es científicamente brillante, clínicamente posible y jurídicamente consentido debe quedar absuelto de cuestiones éticas, familiares y sociales.
La iglesia católica española, en su tónica de siempre, hundiéndose un poco màs en su propia miseria.
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