sábado, 10 de agosto de 2013

La Banca Privada Mundial dispara la deuda pública

“Seis años después del comienzo de la crisis financiera mundial, la deuda pública de la mayoría de las economías avanzadas ha alcanzado niveles sin precedentes en tiempos de paz. Y aún más preocupante, sigue al alza (…) Las estadísticas oficiales de deuda subestiman la verdadera magnitud de los problemas de numerosas economías”. (83º Informe del Banco de Pagos Internacionales. Junio-2013. Pg. 41)
La principal causa de este aumento disparado de la deuda pública en todas las economías avanzadas del mundo no es otra que la transferencia de fondos públicos a las arcas de la banca privada de cada uno de estos países. El incremento de la deuda pública es directamnete proporcional al volumen de los rescates que los ciudadan@s de estos países han sido obligados a asumir para el mantenimiento de sus castas parasitarias bancarias. El ránking está encabezado por Irlanda (58.7), “el tigre celta”, alumno aventajado de las políticas neoliberales durante la década anterior al estallido de la crisis. A pesar de la gran contención y mesura de su déficit público y su deuda hasta 2007 sus bancos privados actuaron como un cáncer que llevó al país a la bancarrota. Después vemos a Grecia, Portugal, Reino Unido o España. El denominador común simpre es el mismo: Rescate con dinero público a empresas privadas financieras corruptas y quebradas que deben ser cebadas mediante un proceso de extorsión de naturaleza similar al perpetrado por las organizaciones terroristas cuando exigen su llamado “impuesto revolucionario”: Si no pagas estás abocado al tiro en la nuca. El esquema se repite de manera análoga con los ciudadan@s de EEUU, Francia, Islandia o cualquier otro país de nuestro entorno. La banca privada, con sus multimillonarios directivos, está al mando del negocio.

domingo, 28 de abril de 2013

Comunicado de la HOAC y JOC ante el 1º de Mayo: Construir un futuro nuevo


El 1º de mayo ha sido históricamente un símbolo de la lucha del movimiento obrero por afirmar la dignidad de la persona en el trabajo. Las reivindicaciones del 1º de mayo se plantean en España, en un escenario con datos tan sangrantes como una cifra que supera los 6 millones de personas desempleadas, y una tasa de paro que entre los jóvenes se sitúa en torno al 55%. Más de 1,8 millones de hogares tienen a todos sus miembros en paro, la edad de jubilación se ha prolongado más allá de los 65 años, se está produciendo una media de 115 desahucios al día, personas jubiladas estafadas por las preferentes…
Este 1º de mayo está muy marcado por la última Reforma laboral aprobada en febrero de 2012. La mercantilización del trabajo y las políticas que se vienen practicando, están quebrando el Estado de Bienestar, devaluando el Sector Público y recortando en servicios y prestaciones Están profundizando la desigualdad estructural que sufre el mundo obrero y del trabajo, continúan debilitando las relaciones laborales sin garantizar la seguridad de una vida digna para las personas, y están aumentando la vulnerabilidad que sufren las mujeres y los hombres del trabajo, especialmente sus sectores más débiles.
Estas duras realidades están ocasionando terribles costes humanos: Miles de familias que viven con ansiedad e incertidumbre, afectadas en sus relaciones por situaciones de tensión, angustia, estrés, depresión.
Una juventud que se siente sin futuro, y que está emigrando fuera del país afectada por el desempleo de larga duración y por la incapacidad de lograr independencia económica debido a la inestabilidad laboral y los bajos salarios. Familias a las que les son arrebatadas sus viviendas porque ya no pueden pagar las hipotecas. Trabajadores de otros lugares que deben volver a sus países de origen por falta de salidas laborales y perspectiva de futuro…
Así lo constatamos desde las situaciones vitales de precariedad de nuestros militantes y las personas con las que entramos en contacto a través de nuestro trabajo y compromisos.
Cada día es más evidente que todo esto que nos está sucediendo es algo mucho más profundo que una crisis económica. Es todo el entramado institucional el que ha perdido toda credibilidad. Todo ha quedado como barrido por un tsunami de inmoralidad, por una profunda quiebra moral y ética, a la que no se ha prestado mucha atención hasta que mayorita-riamente nos ha tocado el bolsillo, lo que es significativo para evaluar el problema que tenemos.
Nos enfrentamos a una crisis de humanidad, que afecta a la persona y a las relaciones sociales e institucionales, y que se materializa en las respuestas mercantilistas y no humanas que estamos dando a los grandes problemas que tenemos.
La sola recuperación de la economía no será suficiente para hacer efectivo el derecho al trabajo; más bien, lo que se está produciendo es una recuperación económica contra el trabajo, un empobrecimiento de la sociedad, el desarrollo de procesos de bajo costo en las relaciones de producción y consumo. El trabajo como derecho, en los términos y formas en que lo hemos conocido, no volverá, aun en el caso de que se produzca una recuperación económica.
Ya Juan Pablo II nos advertía en “Laborem Exercens” de la necesidad de la defensa de la dignidad del trabajo y su centralidad. Hoy este mensaje tiene una vigencia plena: “El trabajo humano es una clave, quizá la clave esencial, de toda la cuestión social”. “Los pobres (…) aparecen en muchos casos como resultado de la violación de la dignidad del trabajo humano: bien sea porque se limitan las posibilidades del trabajo –es decir por la plaga del desempleo–, bien porque se desprecia el trabajo y los derechos que fluyen del mismo».
Se ha construido la economía de espaldas al trabajo y a las necesidades de las personas. Con los actuales niveles de desempleo, las personas nos vemos presionadas a trabajar bajo condiciones precarias, inseguras y con salarios indecentes. Y de la precariedad a la exclusión hay un margen muy pequeño.
Como movimientos cristianos en el mundo obrero y del trabajo, consideramos que a pesar de la situación caótica en la que nos encontramos, también se desarrolla el Plan de Dios. El Reino de Dios ya está en nosotros y entre nosotros: tenemos que vivir el Reino. O dicho de otro modo: para salir de la crisis en que nos encontramos, el camino consiste en vivir como ciudadanos del Reino de Dios.
Esto conlleva establecer relaciones de Comunión guiadas por la vivencia del Mandamiento Nuevo: un amor al prójimo que se fundamenta en el Amor de Dios (podemos amar porque Él nos amó primero). Vivir la comunión es la expresión del Reino de Dios en nuestras actividades cotidianas: Empresas, familias, Bancos, políticos y políticas, sindicatos, iniciativas de todo tipo…, que busquen comunión y que la construyan.
La comunión nos exige una transformación radical de nuestros modos de sentir, pensar y actuar. Esto es lo que necesi-tamos personalmente, como movimientos, en nuestra Iglesia y en nuestra sociedad.
Y para construir una sociedad humana es ineludible luchar por el derecho al trabajo y un trabajo decente, tal y como lo ha definido Benedicto XVI en Caritas in veritate.
La crisis nos llama no a salir de ella para volver a lo que teníamos, sino a construir un futuro nuevo, un mundo más justo y fraterno, un mundo que nos permita vivir como ciudadanos y ciudadanas del Reino de Dios.

viernes, 15 de marzo de 2013

Habemus Papam. ¿Habemus cambio?


(Imagen: El Mundo / Reuters)



Habemus Papam, no solo las gentes de creencia cristiana católica sino también las no creyentes, ateas, y de religión musulmana, judía u otras distintas. Todos y todas nos hemos enterado sobradamente gracias a los medios de comunicación de medio mundo que se han hecho eco de la noticia. No es para menos ya que es un tema que incumbe e importa a más de 1.700 millones de personas. La fumata blanca ha sido más esperada, no tanto por conocer quién iba a ser el sustituto de Benedicto XVI, sino por saber cuál iba a ser el futuro de la iglesia, envuelta en conflictos y corruptelas. Pero finalmente se ha elegido un papa no esperado: Jorge Mario Bergoglio, un jesuita argentino de vida austera y volcada en la crítica de las desigualdades sociales de su país. ¿Un nuevo Juan XXIII?

sábado, 8 de diciembre de 2012



¿QUÉ HACER ANTE LA CRISIS?

            La Asociación Enclave Humanista  se siente conmovida ante la crisis por la que están pasando numerosos seres humanos, y, de forma particular, bastantes personas de nuestro más cercano entorno. No solamente queremos manifestar nuestra adhesión, sino también la obligación de búsqueda de soluciones. Por ello, en primer lugar queremos compartir unas reflexiones, y en segundo lugar, acercarnos a la realidad, llevar a cabo unos compromisos que la remedien.

Reflexiones

a) Es necesario hacer justicia: la crisis económica que nos viene azotando desde hace  cuatro años no es lo fundamental, todo dimana de que ha sido provocada por la corrupción causada por el dinero y la rendición al capital. Y en última instancia, la descarada ostentación y la falta de escrúpulo de los mayores responsables de tal desaguisado.

b) Alguien se ha venido encargando de convencernos de que la ganancia, el lucro, el disfrute y el derroche eran logrados por personas y colectivos de gran calado social, sin importarles a quiénes podía afectar.

c)  Esto está dando luz verde a un cambio de estilo de comportamiento social desigual en el que unos pocos gozan de su riqueza, mientras muchos lloran con su pobreza. Es lamentable, nos siguen engañando diciéndonos que esto es pasajero, que nos recuperaremos, que saldremos de esta, que el país ha salido de otras peores. Pero los que nos mandan están poniendo los cimientos en otro edificio donde vivirán placenteramente las minorías a costa de la gran mayoría, pensemos en lo económico, educativo, sanitario.

d) Qué decir del crecimiento y prolongación del desempleo y resto de derechos cruciales.

e) Dónde dejamos a los necesarios políticos para el mantenimiento de la imprescindible  democracia, pésimos gestores, ocupados del desmantelamiento del estado de bienestar.

Compromisos

Nuestra Asociación no puede seguir en ese silencio sepulcral. Son muchas mentiras, muchas condescendencias, muchas vanas esperanzas, ante proyectos explotadores, ante injusticias de nuestros gobernantes, muchas desesperanzas ante la incertidumbre, respectivamente.

Nuestra Asociación se siente obligada a declarar enérgicamente, sin ambigüedad, la inacción de todas las instituciones ante el escándalo de escarnio de las clases más débiles, de las que lo pasan peor, las que cargan con el pesado yugo.

La Asociación Enclave Humanista, en memoria de Domingo García Ramírez, uno de sus miembros fundadores más activos, ha de optar por los pobres con su austeridad, por los marginados con su fraternidad, por su mesa abierta y puesto mantel con los hambrientos.
            En definitiva, sigamos laborando con el resto de colectivos, con honradez, respeto y tolerancia, por que el nuevo mundo que salga se asiente sobre la dignidad y la igualdad de todos los seres humanos.
                       
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sábado, 6 de octubre de 2012

Las organizaciones integrantes de la Cumbre Social, de la que UGT forma parte, han convocado para el próximo domingo, 7 de octubre, decenas de manifestaciones y concentraciones en todas las capitales de provincia del país para expresar el rechazo a unos PGE antisociales y unas medidas de recorte del Gobierno que ahondan en la recesión económica.
En las movilizaciones, las organizaciones integrantes de la Cumbre Social llaman a la ciudadanía a transmitir un clamor de oposición en relación a estas medidas, que nos van a hundir aún más en la pobreza, y para exigir una salida de la crisis que garantice la reactivación económica, la generación de empleo, la recuperación de la protección social y de nuestro mermado Estado del Bienestar.
La población exigirá que estos PGE tan dañinos se rechacen en el debate parlamentario y el Gobierno presente otros al servicio de la ciudadanía y no de la banca.
Además, es imprescindible que el Ejecutivo someta referéndum de manera inmediata estas medidas de recorta tan nocivas y que se agravarían de manera excepcional con la petición del rescate.

Una de las cosas que más están dando que hablar, en nuestro calamitoso tiempo de crisis y en esta España de tantos problemas y tantas corrupciones, es el hecho de que la Iglesia Católica sea una de las pocas instituciones que no han sufrido recortes, ni económicos, ni legales, ni fiscales.
La Iglesia, dicen ahora algunos medios, quizá tendenciosamente, “no tiene que apretarse el cinturón”. ¡Hombre!, decir esto, así, sin más, resulta tendencioso. Porque los hombres de Iglesia (y las monjas), a fin de cuentas, son españoles. Y aquí no hay ni un solo español que no esté sufriendo las consecuencias de la crisis. Lo que pasa es que, como bien sabemos, no todos los españoles estamos cargando con las consecuencias de la crisis por igual. Y, en este sentido, es evidente que las “personas consagradas” están siendo también, en asuntos de bastante peso, “personas privilegiadas”.
Yo sé que es desagradable hablar de este asunto. Lo que ocurre es que, si uno mira hacia atrás, y se pone a recordar lo que dicen los evangelios sobre el tema del dinero, se queda pasmado. Porque es tremendo el lenguaje de Jesús sobre este asunto. No, ciertamente, sobre la “producción” de bienes de uso y consumo, sino sobre la “distribución” de la riqueza. Parece bastante claro que Jesús se dio cuenta de que el afán por el dinero, legitimado y justificado como medio o instrumento para hacer apostolado, es uno de los engaños más peligrosos que padece el clero. Jesús mandó a los apóstoles que fueran a evangelizar, ordenándoles que no llevaran ni calderilla. Que se fueran a la tarea con lo puesto y nada más. A juicio de Jesús, el dinero es un estorbo, si lo que se pretende es hacer presente en este mundo el Reino de Dios.
No digo estas cosas como perorata para exhortar a la ejemplaridad. El problema es mucho más grave. Lo que está en juego no es la “ejemplaridad”, sino la “autenticidad” de quienes pretenden hacer presente, en este caos de miserias e injusticias, el recuerdo de Jesús. La crisis se ha hecho ingobernable porque la corrupción y la desvergüenza han llegado a donde no podíamos imaginar.
Así las cosas, esto no se arregla sino mediante una regeneración ética del tejido social, empezando por quienes en él tienen mayores responsabilidades, sobre todo en cuanto se refiere a responsabilidades de orden moral y de integridad ciudadana. Y en esto, es evidente que los responsables de la Iglesia tendrían que ser los primeros en aparecer como los más y mejor dispuestos a afrontar una forma de vida, que sea transparente y que se convierta en un reclamo para todos los que buscamos más nuestra ganancia que remediar las desigualdades sociales y el sufrimiento de los que peor lo están pasando.
Y quiero dejar constancia – antes de seguir con el tema – que en mi vida he tenido la suerte de conocer, y muchos conocen, obispos que son hombres ejemplares, que han dado y siguen dando lo mejor de sí mismos, algunos de ellos hasta dar la propia vida y, por supuesto, con una integridad y una ejemplaridad que jamás podré olvidar. Así lo he palpado, en no pocos casos, lo mismo en España que en otros países de Europa y en América Latina.
En todo caso, y dejando claro y firme lo que acabo de decir, no creo que sea demagogia barata afirmar que me encantaría ver el día en que la Conferencia Episcopal Española tome la decisión de que todos los obispos conviertan sus palacios en centros culturales al servicio de la gente, que se vayan a vivir como cualquier vecino en cualquier casa o piso alquilado (como ya he visto en más de un caso), que se despojen de mitras, báculos y ornamentos dorados, que viajen en los autobuses urbanos o de línea, como todo ciudadano que no pretende ir por la vida como un notable, que cada año den cuenta detallada del dinero que ingresan y del dinero que gastan, que sean amigos de sus sacerdotes, que renuncien a todo lo que sean privilegios, que vivan con sencillez.
Y, sobre todo lo demás, que las grandes preocupaciones de cada obispo fueran las mismas que se palpan en cada página del Evangelio: la preocupación por los pobres, por los que sufren , por los enfermos, por lo que preocupa a quienes se ven peor tratados por la vida. Ese día, esta Iglesia empezaría a tener una fuerza de transformación en la sociedad que ahora mismo, por desgracia, no tiene. Si es que de verdad tenemos fe – en este año de la fe que ha proclamado el papa -, ¿no estaríamos viendo el renacer de una Iglesia, que sería levadura en la masa, como dijo el Señor?

lunes, 16 de mayo de 2011

¡Indignaos!... pero más a menudo.

(Imágenes: ¡Democracia real ya! ¿Toma la calle! y web sobre elecciones del ministerio del interior)

Hace tiempo que vengo detrás de hacer un miniarticulillo con algunas ideas sobre participación en manifestaciones, grandes concentraciones y sobre la participación en las elecciones de todo tipo, municipales, autonómicas, estatales y europeas, así que voy a aprovechar las manifestaciones del 15 de mayo y las futuras elecciones municipales y autonómicas.
Sobre las manifestaciones del 15 de mayo, olé por la gente que salió. No fuimos millones pero sí unos cuantos miles. Es un buen comienzo. Pero no nos quedemos en la alegría ni vivamos de las rentas de saber qué majos por habernos manifestado. Esto debe ser el principio. Y hay que comenzar a pensar alternativas de verdad. Está bien gritar y tocar los pitos (en todos los sentidos) para que sepan que estamos hartos y hartas, pero ahora toca ir pensando en cosas que hacer. Por ejemplo, si somos tantos los que salimos, unas buenas campañas de boicot hacia grandes compañías explotadoras no estarían mal. Hablo de campañas para reducir la dependencias a las petroleras, a empresas que inducen al consumismo, promocionar y usar el transporte público, ser más solidarios con los que tenemos cerca, etc. Si los miles de ciudadanos que salimos a la calle ejercemos nuestra presión como consumidores no consumiendo ciertos productos, creo que eso puede tener un buen impacto.

lunes, 25 de abril de 2011

LA PROCESIÓN ATEA.

JUAN A. ESTRADA, CATEDRÁTICO DE FILOSOFÍA DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA

EN las últimas semanas se han producido varios acontecimientos que afectan a la laicidad del Estado, a la presencia pública de la religión y al pluralismo de creencias y valores en una sociedad democrática. Por una parte, la prohibición gubernamental de una procesión atea de la Asociación madrileña de ateos y librepensadores, y otros grupos afines, el Jueves Santo. De nuevo surge el conflicto entre libertad de expresión y libertad religiosa, y ambas tienen que ser sustentadas por un Estado democrático. El rechazo de la procesión se basa en que se pueden prever incidentes de orden público, que se utilizan imágenes y símbolos religiosos como objetos de mofa y escarnio, y que se escoge un día concreto para lesionar los sentimientos de una parte importante de la población.

domingo, 27 de marzo de 2011

Comunicado de Justicia y paz ante la situación de Libia

La Comisión General de Justicia y Paz de España, ante los graves acontecimientos que se vienen produciendo en Libia, emitió en fecha de 24 de febrero un comunicado en el que, entre otras consideraciones, se condenaba duramente la violenta represión gubernamental contra la población civil y se pedía a la comunidad internacional que se implicara en detener la violencia del régimen libio y promover una resolución pacífica de la situación que diera paso a un nuevo régimen democrático en aquel país.

viernes, 18 de marzo de 2011

La legitimación social de la desigualdad


El sistema capitalista se ha revelado en las últimas décadas como una formidable máquina generadora de desigualdad. Es un elemento vital en la supervivencia del sistema implementar mecanismos sociales capaces de legitimar dicha desigualdad, de manera que sea incorporada por la psicología individual de los sujetos como algo normal, inevitable o incluso deseable. No es fácil conseguir este efecto en la mente de los ciudadanos ya que se trata de una tendencia que se revela contraria a la memoria genética de la especie, conservada por mujeres y hombres de una manera instintiva. A ningún político de ningún partido se le ocurriría confesar abiertamente que su programa no está orientado por los valores de Justica e Igualdad debido a que estos valores apuntan hacia nuestra supervivencia colectiva, siendo algo innato y natural en el ser humano. Por tanto la legitimación social de la desigualdad solo puede ser impulsada mediante “mecanismos indirectos” y nunca de manera frontal por el rechazo instantáneo que nos produciría. Pero … ¿cuáles son algunos de estos mecanismos sutiles para la fabricación de un consenso que opera en contra de nuestros propios intereses colectivos?. Destacaremos 4 principales: