jueves, 9 de diciembre de 2010

Enclave Humanista: reflexiones sobre la inmigracion (primera parte)

Tema de debate.
Primer análisis de las imágenes adjuntas al orden del día. ¿Qué ideas nos sugieren?
(El resto de imágenes analizadas se encuentran al final de esta entrada)
Todas las imágenes sugieren la situación desesperanzada que viven los inmigrantes en España: son perseguidos, son contrarios a la ley (o ilegales) por no tener un papel, son vistos como drogradictos, asesinos, ladrones, delincuentes, inadaptados sociales, y muchos de ellos como fundamentalistas.

Las imágenes también sugieren falta de sensibilidad, y también temor por los autóctonos, de ahí que sea necesario echarlos fuera.


Sinceramente, estás imágenes dan MIEDO. Y al ver su procedencia, más (castillaunida, democracia nacional), ya que detrás de estos grupos hay personas que pueden hacer mucho daño, no sólo a los inmigrantes sino a lo que los demás ciudadanos piensan de los inmigrantes.

Imágenes degradantes, deshumanizadas, sin conciencia individual, racistas.

El ataque a los inmigrantes es mucho más frecuente en tiempos de crisis, no tanto en tiempos de bonanza económica, no sólo en España, sino en muchos otros países, como España, Holanda, etc. La pregunta es por qué ocurre esto. ¿Por qué hay tanto extremismo?

En caso de los menores es muy llamativo. Vienen como vienen, en pateras, quieren trabajar y mandar dinero a sus familias. Pero aquí se encuentran con una situación desesperada. La mayoría de ellos no pueden trabajar legalmente, porque son niños y tienen que estudiar, pero aun así tienen el problema de que tienen que enviar dinero a sus familias por todos los medios. Aquí no hay alternativas, ni hay trabajo, por lo que el pillaje, los robos, la prostitución y demás están a la orden del día. En sus países les venden la idea de una vida mejor, la idea consumista, y de que van a tener privilegios, nada más lejos de la realidad. Luego también está el problema de un idioma distinto, una cultura distinta.
Parece hipócrita la tenacidad con que Europa procura evitar la llegada de inmigrantes africanos, cuando no son otra cosa que el residuo patético de sus correrías coloniales durante varios siglos.
Europa saqueó África, la despojó de su cultura, de sus recursos materiales y humanos, le injertó su fiebre de consumo.
Enumerar históricamente los comportamientos de las distintas naciones europeas: a los ingleses, masacrando a los ciudadanos de Kenia; a los franceses, robando en Dakar y Costa de Marfil; a los alemanes, sus campos de concentración de Namibia y los cráneos del pueblo hebreo diezmado que se conservan en el Museo de Berlín; a los belgas, sus atrocidades en el Congo; a los portugueses, sus mortíferas excavaciones en busca del oro de Angola, y sus cacerías de esclavos en Mozambique; el reguero de sangre de niños inocentes buscando diamantes en Sierra Leona.
Y ahora se permite el lujo de repeler estas barcazas de desesperados, de encerrar y deportar a estos seres humanos que llegan a sus costas y afean sus bonitas playas mediterráneas.
Si Europa fuese consecuente con sus propias políticas de derechos humanos tendrían que acoger con los brazos abiertos a los africanos y otras etnias, y suplicarles perdón de rodillas ofreciéndoles compartir algo de lo que se llevaron de sus tierras. Apenas piden las migajas de una limosna, vender baratijas en las plazas, repartir diarios o limpiar automóviles. Demasiado doloroso el espectáculo, demasiado triste. Nuestra ceguera es admirable. Es hora de meditar lo que estamos haciendo.
Europa desea seguir cerrada mientras una África saqueada hasta la saciedad se desangra.  Igual América Latina, igual Oriente. Algún día Europa abrirá su corazón, sus puertas y tratarnos como iguales. Eso si no llega tarda cuando su imperio, como el romano, quede destruido.
Tanto defensores de los derechos de los inmigrantes como detractores están bien organizados y cuentan con medios para difundir sus posturas.
La postura xenófoba y antiinmigración se basa en informaciones tópicas y típicas, poco razonadas y muy basadas en valores abstractos y desfasados como patria, raza, seguridad y delincuencia.

La poca memoria histórica de un país que hasta hace unos cuantos decenios era exportador neto de trabajadores a otros países, y que muchos emigrantes padecieron el mismo desprecio en los países de acogida. Pero hay quien dice que no es lo mismo; puede que no sea lo mismo pero sí que es muy parecido. La poca memoria histórica hace que los mensajes xenófobos calen cada vez más en la población, independientemente del nivel social al que pertenezcan.

Si ser inmigrante es malo, ser mujer, ser madre, desempleada e inmigrante es la peor de las combinaciones. Las mujeres inmigrantes lo tienen mucho peor.

Siempre se explota la imagen del inmigrante desamparado, desarraigado, mientras que las personas que vienen de fuera tienen muchas cosas que ofrecer y no se dan a conocer estas cosas. Tienen valores y conocimientos muy interesantes, de los que tenemos muchísimo que aprender.

Conclusión: debemos tener un compromiso diario y positivo con estas personas. Debemos colaborar para que las políticas cambien, para que se adopten medidas más efectivas. Se deben seguir apoyando las iniciativas de todas las personas que ayudan a los inmigrantes, que son muchas.

Se plantea la iniciativa de cómo reaccionar cuando algún inmigrante nos pida dinero. En lugar de darle dinero o cualquier cosa que quizá no necesite, le preguntaremos qué necesita y se lo daremos.








1 comentario:

  1. Enhorabuena, por fin leo algo de los immigrantes que los defeiende. Está muy bien escrito, con argumentos claros i reales. Gracias por tu esfuerzo

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